Nada ni nadie nos pueden robar la Navidad

 Comentario al 4º Domingo de Adviento (Lucas 1,26-38)

LA ANUNCIACIÓN 

Jinete de un rayo rojo

Viene volando el Ángel Gabriel

Con sable punta de estrella

Espuela de plata en los pies.

 

Que Dios te salve María

La muchacha más linda

La flor está floreciendo

Crece en la sangre tu niño.

 

Soy la Esclava del Señor

Que El haga su voluntad.

Capullo que se hace flor

Y se abrirá en Navidad.

El Ángel Gabriel ya vuelve

Al pago donde se encuentra Dios

¿A dónde vas angelito

Que tan contento te vuelves vos?

He visto a la Reina del mundo

La más hermosa muchacha

Sus ojos son dos estrellas

Su voz el canto del ruiseñor.

 

Soy la esclava del Señor

Que El haga su voluntad

Capullo que se hace flor

Y se abrirá en Navidad.

(De la cantata de "Navidad nuestra", Ariel Ramírez)

Este año tan especial y cruel, llegamos a Navidad con la pandemia a cuestas.

Nos preparamos para celebrar el misterio del Dios encarnado en su hijo Jesús, que es a la vez hijo humano de María de Nazaret. Lucas narra en su evangelio (buena noticia) el anuncio y nacimiento de Jesús de manera sorprendente y magistral, jugando con el paralelismo del anuncio y nacimiento del Bautista. El nacimiento de Jesús se anuncia en un pueblo desconocido de las montañas de Galilea. Una aldea sin relieve alguno, llamada «Nazaret», de donde nadie espera que pueda salir nada bueno. Casi siempre, son los pequeños e insignificantes los que mejor entienden y acogen al Dios encarnado en Jesús. “Bienaventurado el que no se escandalice de mí” (Lucas7,23), hemos proclamado esta semana en el evangelio del miércoles día 16. Bienaventurado el que se deja sorprender por el actuar de Dios de Jesús que ha revelado su rostro y proyecto a los pequeños y sencillos. Dicho anuncio se  hace a María, una mujer joven y virgen, en un contexto cultural y religioso donde el papel de la mujer y su dignidad no son valorados y reconocidos.

“El Mesías, el Salvador prometido y esperado nacerá de María, una joven virgen. El Espíritu de Dios estará en el origen de su aparición en el mundo. Por eso, «será llamado Hijo de Dios». El Salvador del mundo no nace como fruto del amor de unos esposos que se quieren mutuamente. Nace como fruto del Amor de Dios a toda la humanidad. Jesús no es un regalo que nos hacen María y José. Es un regalo que nos hace Dios” (J.A. Pagola).


¿Qué nos enseña María madre?
A saber escuchar en nuestro interior al Dios que nos habla; saber confiar y aceptar la misión que tiene reservada para cada uno de nosotros. (¡Qué importante es saber escuchar!). “La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor” (Papa Francisco). Y responde con agradecimiento y  alegría: “Proclama mi alma las grandezas del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lucas 1,46-55). Lo cual no quiere decir que le resulte fácil aceptar y entender: “¿Cómo será eso pues no conozco varón?”. La luz no excluye la sombra sino que la integra.

Y, ¿Qué escucha María en su silencio?

«Alégrate». Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy, aunque los tiempos no están para tocar las campanas y hacer verbenas. En este tiempo es muy fácil caer en una de las tentaciones más sutiles: la tristeza, uno de los ocho pecados capitales. ¿Es que Jesús y su Evangelio no son buena noticia para el hombre de hoy?

La alegría de la Navidad que nos espera es reconocer que el Hijo de Dios se ha hecho humano como nosotros, compañero de camino, el “Dios con nosotros”: “El Señor está contigo”. No somos huérfanos ni náufragos arrojados en una isla desierta. Dios está y estará siempre a nuestro lado con nosotros. Y si nos perdemos, Jesús el Buen Pastor nos buscará. y hará posible empezar de nuevo.

«No temas, María.». Jesús viene a disipar nuestros temores como el sol radiante disipa la niebla en estas mañanas de invierno. El miedo que es uno de los peores enemigos de la persona. El miedo que paraliza y nos roba la alegría y nos vuelve desconfiados. En estos meses de pandemia el miedo a la enfermedad, a la muerte,  al futuro incierto nos ha asaltado un día y otro también. El miedo al otro, al diferente, al compromiso. El miedo crea fantasmas. Es importante recuperar la esperanza y la confianza en el futuro. El fundamento de nuestra esperanza es que Dios es fiel, cumple y cumplirá sus promesas.

«Darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús». Dar a luz: la Navidad es la fiesta de la luz. Por eso llenamos las calles, fachadas e interiores de nuestros hogares de luces de colores. “Vosotros sois la luz del mundo”. Estamos llamados a ser portadores de  la luz y esperanza que nos trae Jesús, en un mundo donde abundan las tinieblas de la injusticia, violencia, desigualdades. Y siempre con mucho respeto y humildad hacia el que no cree como nosotros.


Estos días se escucha con frecuencia en ambientes creyentes que “hay que salvar la Navidad”; "necesitamos la Navidad”, y presentan un pesebre vacío. (Más de un año los gamberros han robado o secuestrado la imagen del niño Dios del Belén de la plaza de mayor de Soria). Hace más de cuarenta años ya circulaba un audiovisual que rezaba así: “¿Quién mató la Navidad?”. La respuesta era la publicidad comercial de estas fechas que nos incita a consumir y consumir. Nadie ni nada nos  puede robar la verdadera Navidad. Ni la pandemia, ni las limitaciones ni confinamientos, ni la soledad o el miedo a estar solos. Porque el Dios de Jesús es “el Enmanuel, el Dios con nosotros”. Salvar la Navidad es volver a los orígenes, volver nuestra mirada al Evangelio. 


Y celebrar la navidad es celebrar y agradecer la entrada de Dios en nuestra historia, convirtiéndola en historia de salvación, asumiendo, integrando sus luces y sus sombras. El mismo Dios se ha hecho semilla fecunda en las entrañas de una mujer sencilla, María. Se ha hecho solidaridad con la humanidad entera, debilidad y fragilidad de niño recién nacido. Sonríe, Dios te ama. FELIZ NAVIDAD. “Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma” (Papa Francisco).


CODA:  Y si este año no pueden sonar los villancicos en el balcón del Ayuntamiento o "casa con su historial " que suenen en nuestro hogar y corazón. ¡CUÍDENSE MUCHO! para que el villancico no se convierta en canción fúnebre. Una buena noticia: han llegado ya las cigueñas a Covaleda, augurio de tiempos mejores.


"Y al Arcángel San Gabriel
ante el sí de la María
le reventó la alegría 
por toditas las costuras
y el malambo que bailó 
se escuchó por las alturas.
Un ángel tal vez que pueda
penetrar el pensamiento, 
viendo a la Virgen turbada
el misterio le aclaraba
medio nervioso por dentro. 
Y recibió a María (San José)
 con  cariño y gran jolgorio 
y se celebró tal casorio
que hasta las viejas más lerdas
zapatearon con los novios.
(Cantata Enmanuel Los Abrileños
Cerromocho, Piura, Perú, 1990).

Jesús Mendoza Dueñas




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