¡CRISTO VIVE!

 FELIZ PASCUA 

Pascua es tiempo de  alegría. Tiempo de victoria. Los cristianos, el domingo de Pascua, día de la victoria sobre nuestro último enemigo, la muerte, tenemos motivos más que sobrados para saborear y celebrar con desbordante alegría este gran acontecimiento, a pesar de todos los pesares, soledades, vacíos, ausencias bien sentidas: ¡Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado. Cristo vive. Aleluya! Este es el hermoso saludo de la Pascua. Esta es la gran noticia. No estará en las primeras páginas de los periódicos, pero este grito de alegría debe resonar en todas las iglesias  del mundo. E Iglesia somos tú y yo, por eso no cerramos las puertas. Este gran acontecimiento, no visto por nadie, tal vez, no estará en la publicidad de las calles y supermercados, pero alegrará muchos corazones. Y tiene que estar grabado en los nuestros.

Esta victoria, ganada por uno, será compartida por los millones de seguidores de Jesús congregados y confinados en sus casas, en la selva de Perú o bajo un árbol frondoso en un rincón de África.

Nuestra comunidad parroquial debe y quiere celebrar gozosamente la victoria de Jesús y nuestra victoria y quiere proclamar la gran noticia: Cristo ha resucitado. Cristo vive. Aleluya.

¿De verdad creemos en este anuncio del Evangelio de Jesús? Durante más de dos mil años, desde los apóstoles, éste ha sido el primer credo de los creyentes: Cristo es Señor. Cristo es Salvador. Y es Señor y Salvador a causa de la resurrección. El amor de Dios es más fuerte que la muerte. Dios es fiel, cumple lo que promete. Jesús tenía  razón: Dios es amigo de la vida. Dios hace justicia a las víctimas inocentes. Sólo el amor tiene la última palabra. Sólo el amor puede derrotar la muerte. Pascua es el triunfo del amor. Pascua es tiempo de alegría y esperanza. Pascua proclama que Dios existe y que está del lado de la vida y la bondad. Al devolver a Jesús a la vida, Dios revela su activa preocupación por nosotros y su compromiso con nuestra historia.


Pascua significa para nosotros un nuevo nacimiento: "Por la gran misericordia de Dios hemos nacido a una nueva esperanza por la resurrección de Jesucristo de los muertos" (1Pe 1,3). Nuestro Cristo está vivo. El Cristo muerto que el viernes contemplábamos  está más vivo que cualquiera de nosotros. Vivo para nosotros, para ti y para mi, vivo para lo que Pablo llama "renacer". Y nacer de nuevo significa que tenemos una nueva vida, vida que no tiene fin a pesar de todo. La nueva vida se nos ha comunicado por el bautismo. Pascua y Bautismo van juntos. Pascua es la fiesta, el aniversario de nuestro bautismo. Es la fiesta del fuego, el agua, la luz y el Espíritu. Y la iglesia abre su vientre, su fuente para alumbrar nuevos hijos e hijas. Para los que ya estamos bautizados es el día de renovar nuestra profesión de fe y de decir sí a lo que somos y de decir sí al que pertenecemos: a Dios.

¿Cuándo experimentamos esta nueva vida, este nuevo ser? El signo más importante de la resurrección no es el sepulcro vacío sino la vida misma de los discípulos que se sintieron transformados. Empezaron a entender y a creer en todas sus palabras y anuncian a Cristo vivo, resucitado. Cuando amamos de verdad, cuando somos capaces de perdonar de corazón, cuando denunciamos las  tinieblas de la injusticia, cuando defendemos a los pobres en el nombre del Señor de la Vida, cuando somos constructores de la paz, cuando devolvemos la dignidad perdida, cuando llenamos vacíos  y ausencias que nos deja la muerte de un ser querido allí está el Señor, cuando estos días cuidamos a los enfermos, ancianos, y niños (los más vulnerables) entonces experimentamos la vida nueva que nos comunica el resucitado que nos ama, la fuerza de su Espíritu. ¿Sientes más paz y alegría? Entonces es que Cristo ha resucitado. ¿Sientes más fuerza interior, espiritual? Entonces... ¿Sientes más paciencia y mansedumbre? Entonces... ¿Sientes más luz? Entonces... ¿Sientes más amor a los hermanos? Entonces...

Feliz Pascua, nos deseamos. Aleluya. Aleluya. Feliz Pascua a todos, vosotros hermanos y hermanas, en este tiempo, especialmente a todos los que habéis salido del sepulcro de la enfermedad en una habitación de hospital, a todo hombre y mujer de buena voluntad, aunque no comparta nuestra fe.

Jesús Mendoza Dueñas

Comentarios

  1. Amiguito,feliz Pascua y mucha alegría y amor es esperando q algún día de vengáis x aquí Abrazos para toda la familia.Tus comentarios Evangélicos me ayudan, gracias

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