"Como aves enjauladas"
PENTECOSTÉS 2021 CB, Juan 20,19-23.
“Como aves enjauladas”
“Al
anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una
casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos”
El
mundo, de repente, se paralizó, se hizo más pequeño y triste. Hemos vivido como
“aves enjauladas con tantas ganas de
volar” (Rozalén), deseando salir de la prisión, paralizados por el miedo.
Sigue habiendo mucho miedo.
El
año pasado abrimos los templos por
Pentecostés, el sábado 29 y domingo 30 de mayo. Recuerdo que con pocos fieles,
pero con mucha emoción después de tres meses de confinamiento en nuestros
hogares. La Iglesia no cerró sus puertas, porque cada familia cristiana es comunidad
eclesial familiar. Donde dos o más creyentes se reúnen y oran en el nombre de
Jesús, allí está Él, el Maestro.
¿Y
qué nos encontramos en el templo? Telarañas que son como invisibles pero que
atrapan las moscas. Las telarañas se limpian con la aspiradora o la escoba y
punto. Pero hay otras telarañas que no es tan fácil limpiar: las que roban el
brillo al corazón: el desencanto, la desesperanza, el pesimismo, la rutina, la
mundanidad que nos atrapa como moscas.
Necesitamos
invocar al Espíritu de Jesús que nos ha prometido para que nos purifique, nos
limpie, nos acaricie como una mamá acaricia a su bebé. Pero sobre todo
necesitamos el Espíritu de la Verdad que nos hará más libres… en medio de la
feria de la confusión y el carnaval de máscaras y mascarillas, es decir de la
hipocresía y la mentira o medias verdades que nos ha traído también esta
pandemia. El Espíritu de la Paz y del amor verdaderos para no dejarnos
contagiar por el odio y el enfrentamiento y la discordia que algunos siembran
(me refiero a la mediocre clase política que tenemos que sufrir tanto en el
gobierno como en la oposición). El odio es un virus y más contagioso que el CORONA VIRUS 19. San
Pablo recuerda a los cristianos de Corinto: “Pero
a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común…
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo” (1 Cor
12,3-13). Estamos llamados a sembrar semillas de concordia no de discordia,
a construir puentes y no muros, a ser artesanos de la paz verdadera frente a
tanta violencia que impera en este mundo enorme y diverso, pero roto y desigual.
Me
gustaría que hiciéramos todos examen de conciencia, si es verdad que tenemos más
tiempo para reflexionar ¿¿¿??? ¿Cómo hemos vivido o estamos viviendo la
pandemia, el encierro de tantos meses? ¿Somos mejores personas, ciudadanos más
honrados y comprometidos, mejores cristianos? ¿Qué hemos aprendido de bueno?
¿Hemos aprendido a dialogar con la
realidad que vivimos? ¿Nos hacemos cargo de lo que está sucediendo en nuestro
mundo? ¿Hemos aprendido a escuchar la voz de Dios en los acontecimientos?
Dice
el Apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 5,16 ss. : “Andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne. El
fruto del Espíritu es: Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad,
lealtad, amabilidad, dominio de sí”. ¿Cómo andan mis reservas de amor, alegría
paz, bondad, espíritu de servicio?
“No hablan mucho. No se hacen notar. Su presencia es modesta y callada, pero son «sal de la tierra». Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu de Dios será posible seguir esperando. Ellos son el mejor regalo para una Iglesia amenazada por la mediocridad espiritual.
Su
influencia no proviene de lo que hacen ni de lo que hablan o escriben, sino de
una realidad más honda. Se encuentran retirados en los monasterios o
escondidos en medio de la gente. No destacan por su actividad y, sin
embargo, irradian energía interior allí donde están.
No viven de
apariencias. Su vida nace de lo más hondo de su ser. Viven en
armonía consigo mismos, atentos a hacer coincidir su existencia con la llamada
del Espíritu que los habita. Sin que ellos mismos se den cuenta son sobre la
tierra reflejo del Misterio de Dios”. (José Antonio Pagola).
“Cuando se quemen las
alas
y vuelva a levantarse el
telón,
recuerda siempre la
lección
y este será un mundo
mejor.
Cuando salga de esta
iré corriendo a
abrazarte”.
(Rozalén, Aves enjauladas)
¡En tiempos de distancias, coronavirus, y siempre,
todos necesitamos abrazos y no empujones!
“Ven
Espíritu Santo. Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante”.
Jesús
Mendoza Dueñas



Ven Espíritu Santo para toda la humanidad!!! Y vivamos sabiendo q está con nosotros
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