La fe la mejor medicina
13º Domingo TO CB JMD Marcos 5,21-43
Sin
mujeres no hay educación (en el colegio de primaria de Covaleda todo el profesorado son mujeres)…, no hay economía, familia, no hay vida, no hay
Iglesia. Sin mujeres se vacían los pueblos, porque son las que asientan
población…
Los protagonistas del evangelio de este domingo que narra Marcos son Jesús y dos mujeres gravemente enfermas a quienes les devuelve la salud, la vida, la dignidad, la inclusión social. Las manos de Jesús significan para ellas un nuevo nacimiento. Jesús las rescata de la marginación a la que les somete el sistema legal religioso de aquella época, machista y egoísta, dominado por los varones.
Jesús
siempre aparece cercano, presente, ocupado de los problemas, sufrimientos y
anhelos de las personas que se encuentra en su camino, en busca de la mejor
medicina, que para Jesús es la fe. Jesús viene a decirnos: “No tengas miedo,
ten fe y basta”; “Tu fe te ha curado”. El Dios que nos ha revelado Jesús es el
Dios de la vida. La última palabra no la tiene la muerte sino el mismo Dios.
La
relación de Jesús con las mujeres de su época es sorprendente, liberadora, porque
rompe todos los esquemas y protocolos, en una sociedad dominada abiertamente
por los varones.
Para
Jesús varón y mujer tienen la misma dignidad personal.
La
Iglesia (dominada también por los varones) y los que nos decimos cristianos no
hemos sido capaces de extraer todas las consecuencias que se siguen del comportamiento del Maestro.
Hay todavía pendiente en la Iglesia una revolución ignorada hasta ahora, cuando
sin mujeres no hay Iglesia. Que se lo pregunten a las religiosas, misioneras,
madres de familia que educan y transmiten la fe a sus hijos como nadie lo sabe
hacer.
Todavía
hoy, a pesar de muchas conquistas en todos los campos, muchos varones siguen
sospechando de todo movimiento feminista.
Sigue
pendiente una auténtica conversión de muchas actitudes machistas y egoístas,
que nos haga vivir de otra manera las relaciones que nos unen a hombres y
mujeres, hacia una mayor cooperación, corresponsabilidad y crecimientos mutuos.
La
primera tarea de la iglesia no es celebrar el culto sino sanar, porque es el
camino de Jesús. El camino de la Iglesia debe ser siempre un camino de
liberación, de libertad.
Jesús Mendoza Dueñas



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