"Invita a quien no te puede pagar"
22º Domingo TO CC Lucas 14,1.7-14
La crisis global que estamos sufriendo, de
salud, climática, económica, bélica, de esperanza nos debería obligar a revisar
nuestra manera de vivir, nuestros valores, y a repensar otro modo alternativo
de vivir más saludable, respetuoso con el medio ambiente y la justicia social.
Hoy el evangelio nos habla de mesa, comida
compartida y mantel…
Es sábado, día festivo, Jesús
está invitado a una comida de fiesta en
casa de un fariseo importante y lo primero que hace es curar a un enfermo para
escándalo de muchos fariseos que le están espiando. Jesús aprovecha para impartir las enseñanzas
del Reino. En contra de protocolos al uso, de costumbres y cultura dominante,
Jesús critica la actitud de algunos comensales que corren y se pelean por
ocupar los primeros puestos en el banquete y sentencia: “todo el que se enaltece será
humillado y el que se humilla será enaltecido”. Se entiende que esto
sucede y sucederá a los ojos de Dios, que nos conoce por dentro, porque en esta
sociedad nuestra, en muchos ambientes, lo que domina es el postureo, la vanidad y las
apariencias. Que cada uno saque sus consecuencias para su vida y su actitud
ante Dios y los demás.
Jesús, que siempre nos sorprende y
desconcierta por su libertad, nos está descubriendo una manera alternativa de
actuar, de relacionarnos, de romper barreras, de humanizar y construir un mundo
más justo según el proyecto de Dios Padre, con gratuidad y gratitud, por encima
de normas sociales y ritos religiosos.
El Papa Francisco en el documento Fratelli
tutti nos plantea: ¿Por qué si todos somos hermanos hay tantas
desigualdades entre nosotros? ¿Por qué unos pocos viven con lujo insultante,
mientras otros, la mayoría, apenas malviven o sobreviven con salarios de
miseria? Si la familia humana entera es la “familia de Dios, ¿por qué no
acabamos de encontrar caminos concretos para una fraternidad más visible?
El Papa considera conveniente proponer de nuevo esto
al mundo, porque en este momento “ la historia da muestras de estar
volviendo hacia atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban
superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y
agresivos” (11). … “la marcha dura y lenta hacia un mundo unido y
más justo sufre un nuevo y drástico retroceso” (16). Porque “impera
una indiferencia cómoda, fría y globalizada… (30).
El tiempo que estamos viviendo de crisis
global, muy heridos emocionalmente como estamos, es momento de sumar, escuchar,
dialogar, unir, ayudar, acompañar, perdonar. El bien común, el bienestar, la
salud de la persona es lo primero. En una sociedad fragmentada tomemos
conciencia de que todos somos hermanos, convecinos. De mi amor responsable depende
la salud de mi vecino de enfrente. No lo olvidemos nunca, ni en la pandemia, ni
en las desescaladas y vuelta a la, más bien, falsa normalidad. Abramos las ventanas
y puertas: “todo va a ir bien”. Lo acabo de escuchar en la estación de
autobuses en boca de un emigrante dando ánimos y dirigiéndose a una madre
primeriza, embarazada. Creía en un futuro mejor.
Jesús Mendoza Dueñas



Comentarios
Publicar un comentario