¡CRISTO VIVE!
CRISTO VIVE 2023
El Viernes Santo, en
Covaleda rematamos la tarde de celebraciones litúrgicas y de religiosidad popular con una breve procesión
del silencio a partir de las 23,00 horas, para iniciar un tiempo de
silencio contemplativo del misterio de la muerte y resurrección del Señor.
Tiempo de luto y reflexión. Luto que romperemos en la hermosa liturgia de la Vigilia Pascual, que todavía no ha calado en el fervor popular de nuestros parroquianos, o en el domingo de Pascua con la
procesión del Encuentro entre las imágenes del Resucitado con sus cinco llagas y
la imagen de la Virgen de la Soledad que cambiará su manto de duelo por el
blanco de la fiesta y de la alegría. Procesión siempre emocionante que significa, a mi
entender, el encuentro entre el cielo y la tierra. Siempre que no te hayas ido a la cama de madrugada, después del botellón nocturno.
¡Cristo ha resucitado!. Verdaderamente ha resucitado. Cristo vive. Aleluya. Este es el hermoso saludo de la Pascua.
Pascua
es tiempo de alegría porque es tiempo de
victoria , día de la victoria sobre nuestro último enemigo, la muerte, tenemos
motivos más que sobrados para saborear y celebrar con desbordante alegría este
gran acontecimiento. Cristo vive, ha resucitado. Esta es la gran noticia. No
estará en las primeras páginas de los periódicos o páginas digitales pero este
grito de alegría resonará en todas las iglesias del mundo, y alegrará los corazones de los que nos
decimos cristianos, seguidores de Jesús de Nazaret, El Señor. Y tiene que estar
grabado en los nuestros. Esta victoria, ganada por uno, será compartida por los
millones de seguidores de Jesús congregados en catedrales, ermitas, o bajo un
árbol frondoso en un rincón de África. Es lo único que la Iglesia está llamada
a realizar y para lo que existe: para proclamar que Cristo ha resucitado, es el
Señor.
Como comunidad parroquial debemos celebrar gozosamente la victoria de Jesús que es nuestra victoria, y debemos proclamar la gran noticia: Cristo ha resucitado. Cristo vive. Aleluya. Pero, ¿De verdad creemos en este anuncio de la iglesia? ¿En qué se nota?
Creemos
en la resurrección si creemos que el amor
es más fuerte que la muerte. Pascua
es el triunfo del amor. Creemos en la resurrección si creemos en la esperanza,
a pesar de la losa pesada de nuestras limitaciones, frustraciones, desilusiones,
impotencia, amargura, fatiga, indiferencia, temores y caídas. La Pascua
proclama que Dios existe y que está del lado de la vida y la bondad. Al
devolver a Jesús a la vida, Dios nos revela
su compromiso con nuestra historia.
Creemos
en la Pascua si creemos que es posible nacer de nuevo, porque Jesús así lo ha
prometido. Y nacer de nuevo significa que tenemos una nueva vida, vida que no
tiene fin a pesar de todo. La nueva vida se nos ha comunicado por el bautismo.
Pascua y Bautismo van juntos. Pascua es la fiesta, el aniversario de nuestro
bautismo. Para los que ya estamos
bautizados es el día de renovar nuestra profesión de fe y de decir sí a lo que
somos y de decir sí al que pertenecemos: a Dios.
¿Cuándo experimentamos esta nueva vida, este nuevo ser?
Cuando
amamos de verdad, cuando somos capaces de perdonar de corazón, cuando
denunciamos las tinieblas de la
injusticia, cuando defendemos a los pobres en el nombre del Señor de la Vida,
cuando somos constructores de la paz, allí está el Señor, entonces
experimentamos la vida nueva que nos comunica el resucitado que nos ama, la
fuerza de su Espíritu.
¿Sientes
más paz y alegría? Entonces es que Cristo ha resucitado. ¿Sientes más paciencia
y mansedumbre y no eres tan protestón? Entonces... ¿Sientes más amor a los
hermanos? Entonces...
Feliz Pascua, nos deseamos. Tenemos que hacer Pascua. Tenemos que reír y vivir y dar vida. Hacer Pascua porque Cristo ha resucitado, El sostiene nuestra vida, está en medio de nosotros, El está aquí, es fuerza transformadora que vence nuestros miedos. Hacer Pascua es ser testigos de la Vida, amantes de la vida, defensores de la vida, pasar por la vida haciendo el bien como el Maestro, luchando contra todo lo que significa esclavitud y muerte. Si hemos encontrado a Jesús resucitado tenemos que dar testimonio de su verdad.
A
Jesús vivo lo encontraremos en el camino de la vida porque Él viene a nuestro
encuentro a poner luz y vida nueva. No nos pide que hagamos perfectas las
cosas, sino que aceptemos “dar la vuelta”, salir de nuestras tumbas y no
rendirnos ante nuestras pequeñas o grandes “muertes”. "Pascua sagrada, ¡eterna novedad! / Dejad al hombre viejo, / revestíos del Señor." (Himno de vísperas).
Las
mujeres fueron las primeros testigos que contemplan el sepulcro vacío y corren
al encuentro de los discípulos par comunicarles la gran noticia, a ellos que
estaban muertos de miedo.
Todos
estamos llamados a anunciar la gran noticia con toda nuestra vida. Aleluya.
Aleluya. Feliz Pascua a todos.
FELICES PASCUAS
Jesús Mendoza Dueñas
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