FIJAOS BIEN COMO ANDÁIS

Domingo XX CB 2024: COMULGAR CON JESUS



Al pico Urbión se puede subir por distintos caminos, de distintas maneras, más/menos rápido… El pico suele ser en estas fechas lugar de encuentro. A mí siempre me emociona la belleza del paisaje que desde la cumbre se contempla, si el día sale luminoso, sin niebla. Vamos dejando refugios en el camino. Hay uno en el paraje llamado “pico de las tres fuentes”, que manan de la misma roca y se juntan para formar un arroyo que desciende monte abajo. El primer sábado de agosto solíamos subir para celebrar en el pico la Eucaristía, siguiendo una tradición que hemos perdido. Nos reuníamos  para alimentar nuestra fe en la doble mesa de la Palabra y la Eucaristía. Pues hoy se me ocurre que podemos beber  de las tres fuentes de la Palabra: 1ª,2ª,3ª lectura.

La 1ª L. nos habla del don de la sabiduría que debemos suplicar para alimentar nuestro espíritu, que nos ayude a tomar decisiones, a cambiar lo que haya que cambiar, para que el mundo cambie. Sabiduría que viene del verbo sápere=saborear, distinguir sabores. Saborear las cosas buenas de la vida y las cosas de Dios.

Con el salmo hemos rezado: “Gustad y ved que bueno es el Señor”. Si el sentido del gusto reside en la lengua, el salmo nos previene: “guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad, apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella”. Por la lengua entra o sale la discordia y el discurso del odio.

En la segunda lectura San Pablo recomienda a los Efesios: “fijaos bien cómo andáis, no seáis insensatos sino sensatos”. Es una llamada a despertar la conciencia, el 6º sentido, para vivir conscientes, despiertos, presentes. Por eso añade: “No viváis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere. No os emborrachéis…. Dejaos llenar del Espíritu para leer los signos de los tiempos, las huellas que Dios ha dejado en el mundo al que Dios ama. Me gustaría saber cuántos litros de zurracapote hemos consumido en estas fiestas de San Lorenzo.

El Evangelio de S. Juan insiste: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre”. Una vida que empieza aquí. El primer mandamiento es VIVIR. Y necesitamos sabiduría para aprender a vivir, dejar vivir, respetar, ayuda vivir, y vivir sirviendo, defender la vida, cono TESTIGOS DE LA VIDA, DEL RESUCITADO EN EL AQUÍ Y EL AHORA QUE NOS HA TOCADO VIVIR.


“El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. El nos da la fuerza para ser sus testigos. Se ha hecho compañero de camino. Comer a Jesús es vivir unidos a Él, “sin mí no podéis hacer nada”, es ponerlo en el centro de nuestra vida personal y comunitaria. Es creer, confiar en El, como alimento de vida.


Este discurso tiene resonancias eucarísticas, tal vez lo pronunció en la última cena, donde nos dejó este mandato: “Haced esto en memoria mía” que significa acoger y hacer nuestra su vida, su estilo de vida, escuchar y saborear sus palabras, gustar de su presencia en nuestras vidas, vivir alegres y confiados, sabiendo, como dice Pablo, “de quién nos hemos fiado”, luchar por el Reino como El lucho y entregó su vida=humanizar este mundo roto y desigual. 


Jesús Mendoza Dueñas





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